jueves, 17 de noviembre de 2022

El Último Hotel - Las Truculentas - María Peláez García

 

Collage de cinco fotos. A la derecha, una chica tras una cortina roja. Arriba, dos chicas en una habitación a punto de besarse. En medio, un cartel en el que se lee "Hotel". A la izquierda, una chica de espaldas. Abajo, el título: "Habitación 7 - María Peláez García".
MARÍA PELÁEZ GARCÍA


¿Cómo empezó tu periplo en Las Truculentas? ¿Fue voluntario o te secuestraron y torturaron?

Conocía a Mario porque ambos participamos en Legado Antología Benéfica. Cuando nos dijo que quería crear un cadáver exquisito para su blog, no dudé en apuntarme. Aunque no he podido participar en todos los proyectos de las Truculentas, he aprendido mucho gracias a ellas.

¿Qué son Las Truculentas para ti? ¿Cuánto hay de Síndrome de Estocolmo en tu respuesta?

Son un grupo de chicas increíbles y super talentosas que no dudan nunca en apuntarse a un bombardeo. Estoy super contenta de formar parte de él y muy orgullosa de las historias que creamos entre todas.

¿Qué pensaste cuando empezó el #ProyectoHotel?

No suelo escribir terror, así que bastante miedo, valga la redundancia. Pero es lo bueno de no escribir sola, que siempre tienes a alguien que te motiva y te anima a seguir adelante.

¿En qué te inspiraste para escribir tu relato? ¿Por qué no escribiste sobre unas tranquilas vacaciones en Torrevieja?

Como no soy muy de terror, quería escribir sobre un monstruo que no lo pareciera, al menos para la protagonista. Crear esa sensación de «hay algo que no va bien, pero no sé el qué». Espero haberlo conseguido.

¿Qué te aporta escribir truculencias?

Sobre todo, salir de mi zona de confort. Con las Truculentas he escrito cosas que no suelen ser de mi estilo y eso me ha aportado mucha experiencia como escritora.

Si te diera un millón de euros, ¿dejarías de escribir esas cosas tan sangrantes? ¿O los usarías para probar las truculencias antes de escribirlas?

Lo que me darían un millón de euros sería muchísima más libertad creativa. Lo que quiere decir que escribiría todavía más truculencias.

¿Qué te gustaría decir a quien vas a sentar en tu mesa de torturas?

Que no se fíe de nadie.

¿Y al lector que se acerca a tu relato?

Que tenga cuidado. Una vez entras al hotel, es posible que nunca puedas escapar. 




Redes Sociales:

tw: @mpelaezgarcia
ig: @may_battlescars

El Último Hotel - Las Truculentas - Teresa Plaza García

 

Collage de varias fotos. En él, la ilustración central es una pequeña callejuela en cuyo final hay un edificio poco iluminado con muchas ventanas. Las fachadas de todos los edificios están desgastadas y es de noche. Arriba a su izquierda hay una foto de un camino que se adentra en el bosque. Tiene tonos verdosos y anaranjados. Justo debajo de la foto hay una imagen del ojo cerrado con fuerza de una chica pelirroja. Debajo de ella hay un cartel que pone: Habitación 13. Teresa Plaza García. Arriba a la derecha de la ilustración central de la callejuela hay una imagen de una chica de espaldas con un camisón blanco y el pelo largo y naranja. Debajo de esta fotografía hay otra de una chica pelirroja sentada en una costa tomando un café. Más abajo, hay una foto de unos pies calzados con botas negras y una mano que sujeta un cuchillo.



TERESA PLAZA GARCÍA



¿Cómo empezó tu periplo en Las Truculentas? ¿Fue voluntario o te secuestraron y torturaron?

Lo cierto es que no lo recuerdo bien, así que supongo que sería a la fuerza. Fuera de bromas, no lo recuerdo bien, pero seguro que Mario me dijo que si quería escribir algo turbio y sangriento con otra gente y, obviamente, no pude resistirme.

¿Qué son Las Truculentas para ti? ¿Cuánto hay de Síndrome de Estocolmo en tu respuesta?

Para mí es un lugar en el que poder sentirme libre de preguntar cualquier cosa escabrosa, malévola o sangrienta sin que me miren raro. De hecho, nos apoyamos mucho también en el ámbito personal, no solamente en lo que escribimos.

¿Qué pensaste cuando empezó el #ProyectoHotel?

Que me encantaba la idea y que, aunque fuera difícil corregirlo por tema de plazos, iba a seguir con ello a muerte. Y aquí estamos, con el libro ya publicado que seguro que es una maravilla.

¿En qué te inspiraste para escribir tu relato? ¿Por qué no escribiste sobre unas tranquilas vacaciones en Torrevieja?

Pues la verdad es que mi personaje principal, Audree, ya existía desde antes en otro proyecto que ni siquiera empecé. En esa historia ella sufría bastantes penurias y yo no quería escribir cosas macabras sin motivo, así que decidí que era su momento de redimirse y de hacer justicia. Además, lo de las vacaciones en Torrevieja está muy trillado.

¿Qué te aporta escribir truculencias?

Al escribir truculencias puedo ser yo misma y dejar escapar esas ideas turbias que, tal vez, en otro tipo de novelas o historias no encajan. Aquí puedo soltar riendas a mi imaginación sin que nadie opine que estoy mal de la cabeza.

Si te diera un millón de euros, ¿dejarías de escribir esas cosas tan sangrantes? ¿O los usarías para probar las truculencias antes de escribirlas?

No dejaría nunca de escribir cosas así porque me aportan demasiado, y lo cierto es que la idea de probar mis ideas sangrientas me gustaría. Aunque, por otro lado, creo que me marearía bastante porque eso de ver vísceras no lo llevo muy bien. El tema de remordimientos sí lo llevo bien (depende de para quién).

¿Qué te gustaría decir a quien vas a sentar en tu mesa de torturas?

Que espero que disfrute mucho de la experiencia porque solo se puede vivir una vez en la vida.

¿Y al lector que se acerca a tu relato?

Que ojalá le guste mi historia y no solamente se quede con la parte sangrienta, sino que también empatice con el personaje principal.


Redes Sociales:

Twitter: @TeresaPGarcia
Instagram: @tessa_plaza
Blogspot: contedeteresa

El Último Hotel - Las Truculentas - Rocío Castellón Guerado

 

Aesthetic en forma de collage imitando un negativo de fotografías. Tres imágenes de arriba abajo: un rayo sobre un cielo de tormenta en tonos rojizos, los labios de una vampira pintados de rojo con un hilo de sangre y una copa de cristal que estalla esparciendo un líquido rojo. ¿Será sangre?

ROCÍO CASTELLÓN GUERADO




¿Cómo empezó tu periplo en Las Truculentas? ¿Fue voluntario o te secuestraron y torturaron?
Mi periplo en Las Truculentas empezó un día mientras estaba reunida, que me llegó un privado de tuiter de Trying. Yo había intercambiado con ella algunos tuits y habíamos interactuado un poco en algún directo de Twitch, pero nunca en privado, de modo que me causó curiosidad. Así que cuando acabé mi reunión corrí a ver qué quería. Recuerdo que me dijo que la habían metido en un grupo de autoras y que si me interesaba entrar. Y como soy una inconsciente, pues dije que sí. Palabrita del Niño Jesús que el cuchillo en mi cuello y la pistola entre los hombros no tuvieron nada que ver.

¿Qué son Las Truculentas para ti? ¿Cuánto hay de Síndrome de Estocolmo en tu respuesta?
Las Truculentas para mí es como una pequeña familia. Una llena de hermanas un poco locas pero todas adorables. Es la sensación de ser parte de un grupo, de gente que hace lo que a mí más gusta hacer y con las que puedo compartir esa parte de mi vida. Yo era la nueva, la que se ha equivocado de autobús, pero las Truculentas me acogieron como una más. Y Estocolmo es una ciudad muy bonita, pero no he estado nunca. * Se aleja discretamente del AK-47 que le apunta a la cabeza *

¿Qué pensaste cuando empezó el #ProyectoHotel?
Que estamos muy locas, pero nada que no supiera ya. Y que me daba vertiguito, porque va a ser lo primero que salga en papel con mi nombre dentro, aunque sea en un relato pequeñito. Y que el organizador estaba igual de loco que nosotras, pero que se lo estaba currando un huevo para que saliera adelante. Y en que es el mejor, coño.

¿En qué te inspiraste para escribir tu relato? ¿Por qué no escribiste sobre unas tranquilas vacaciones en Torrevieja?
Uf, la escritura del relato me pilló en horas bajas de musas, así que me inspiré en varias cosas. Cogí un poco de allí, un poco de allá, lo mezclé y me dejé llevar. Cuando quise darme cuenta, tenía un relato terminado. Puede que no sea lo mejor que he escrito, pero se deja leer. 
Y es que en unas tranquilas vacaciones en Torrevieja no hay vampiros, ni sangre, ni vísceras, ni nada de eso. Es aburrido.

¿Qué te aporta escribir truculencias?
Me aporta un espacio seguro donde puedo volcar cosas que a lo mejor no volcaría en otro sitio. Me aporta esa nota novedosa necesaria para no escribir siempre lo mismo, un soplo de aire fresco.

Si te diera un millón de euros, ¿dejarías de escribir esas cosas tan sangrantes? ¿O los usarías para probar las truculencias antes de escribirlas?
Estaba a punto de decirte que no escribo cosas tan sangrantes, pero luego me he acordado de la novela y se ha pasado. Ejem. Como decía, ¿dejar de escribir cosas sangrantes por un millón de euros? En qué condiciones. ¿La sangre no debe verse pero puede mencionarse? ¿Puedo incluir una referencia a una escena de torturas pero no la escena en sí? Es complicado. Pero si las condiciones me convencieran, podría usar ese dinero para probar ciertas cosas en lugar de mirarlas en Google. El FBI está poniéndose muy pesado últimamente con mi historial de búsqueda y en mi jardín ya no caben más cadáver… digooo, tomateras. No caben más tomateras. 

¿Qué te gustaría decir a quien vas a sentar en tu mesa de torturas?
Tranquilo, si no te va a doler.

¿Y al lector que se acerca a tu relato?
A ti tampoco. Y que espero que disfrutes de leer este relato tanto como yo lo hice escribiéndolo. El mío y el de todas mis compañeras, que seguro que son mejores porque son unas cracs.




Redes sociales:

Tw: @RocioCastellonG

IG: @elerienbasileia

miércoles, 16 de noviembre de 2022

El Último Hotel - Las Truculentas - Oliva Sánchez

 

Imagen dividida verticalmente. A la izquierda aparece ladeado un señor de mediana edad y un poco de sobrepeso. El pelo cano con raya a la izquierda y un poco de flequillo sobre la frente empieza a clarear. Viste de traje y corbata oscuros y camisa blanca. Con la mano izquierda sujeta la chaqueta a la altura del estómago como si estuviera estirando de la solapa. Con la mano derecha se está bajando unas gafas pequeñas de montura metálica plateada y mira a cámara juzgándote. Debajo se lee: No sé qué tiene, serán esos ojillos escrutadores tras esas gafitas de interesante. A la derecha aparece un hombre sentado en una silla con brazos ligeramente orientada hacia la izquierda de la imagen. Treinta y tantos años, tal vez cuarenta y pocos. El pelo y la barba de color castaño claro y despeinado. Le asoma la camiseta blanca por debajo de una sudadera negra con capucha que tiene la cremallera abierta hasta el pecho. El codo derecho apoyado en el reposabrazos y doblado hacia arriba. De la manga solo asoman los dedos. Sobre esta imagen se lee: Oh, vamos, no me mires así, procuraré que sea rápido. Debajo de la imagen hay un número sesenta y siete blanco sobre fondo negro.

OLIVA SÁNCHEZ




¿Cómo empezó tu periplo en Las Truculentas? ¿Fue voluntario o te secuestraron y torturaron?

¿Mi qué en dónde? ¿Pero esto no era una encuesta sobre papel higiénico?

Ah, ¿Las Truculentas? Calle, calle, qué mal rato. Meses secuestrada sometida a las más variadas torturas. Con cariño, eso sí, que para eso mis Trucus son lo mejor.

También le digo: qué valor el suyo lanzarse a meterme en un grupo como este. ¿Y Mario? La peor de las Trucus, que fue el instigador, se lo digo yo.

 ¿Qué son Las Truculentas para ti? ¿Cuánto hay de Síndrome de Estocolmo en tu respuesta?

Un grupo de valientes y esforzadas de las que aprender mucho y en muchos sentidos.

Una puerta abierta de par en par.

100% Síndrome de Estocolmo.

 ¿Qué pensaste cuando empezó el #ProyectoHotel?

Vértigo. No lo pienso demasiado porque me produce vértigo. ¿Recuerda cuando le dije lo de valientes? Pues ahí lo tiene.

¿En qué te inspiraste para escribir tu relato? ¿Por qué no escribiste sobre unas tranquilas vacaciones en Torrevieja?

¿Qué tienen de tranquilas unas vacaciones en Torrevieja? Mi relato (espero que lo haya leído ya porque si no le estoy quitando la gracia) solo es un ejemplo de tantas veces en que las apariencias engañan, en que las cosas no siempre son lo que parecen.

 ¿Qué te aporta escribir truculencias?

No escribo truculencias. Bueno, casi nunca. Vaaaaaale, un poco, pero porque las torturas son más que convincentes.

 Si te diera un millón de euros, ¿dejarías de escribir esas cosas tan sangrantes? ¿O los usarías para probar las truculencias antes de escribirlas?

La prueba empírica siempre me ha parecido la más fiable. Espere, espere, ¿cuánto ha dicho?

 ¿Qué te gustaría decir a quien vas a sentar en tu mesa de torturas?

Relájate y disfruta. Yo pienso hacerlo.

 ¿Y al lector que se acerca a tu relato?

Espero que le guste y, en cualquier caso, gracias por su atención y su tiempo.






Redes Sociales:
Twitter: @Trying_Mom

IG : @Trying_Mom

Blog: www.tuitersemequedacorto.blogspot.com


El Último Hotel - Las Truculentas - Mario Durán

 

Es de noche. Se muestra una fachada de un edificio de dos plantas. La fachada es amarilla y muy deslucido, muy viejo, con manchas. En el centro, en vertical, la palabra hotel en rojo en un cartel de neon. Por delante de la primera planta se ven decenas de cables de la luz que se entrecruzan de forma caótica, dando sensación de barrio marginal.En la parte de abajo, una puerta iluminada se abre al interior del hotel. En la esquina inferior izquierda, está el sello de las truculentas, una pluma que escribe con tinta roja y las truculentas en círculo alrededor. En la parte superior de la imagen pone en graffiti: "El Último Hotel".

MARIO DURÁN



¿Cómo empezó tu periplo en Las Truculentas? ¿Fue voluntario o te secuestraron y torturaron?

En diciembre de 2021 decidí crear este blog, latapadelbaul.es. Y buscando innovar y crear contenido, se me ocurrió que podría reunir a un grupo de escritoras para preparar una historia compuesta por relatos escritos por cada una de ellas. Es lo que se suele llamar un cadáver exquisito.

Me puse a buscar y encontré un grupo maravilloso de escritoras que querían colaborar conmigo. Cuando vimos lo bien que nos llevábamos decidimos que podríamos hacerlo más a menudo y poco a poco fuimos convirtiéndonos en una gran familia truculenta.

¿Qué son Las Truculentas para ti? ¿Cuánto hay de Síndrome de Estocolmo en tu respuesta?

Son mi familia de escritura. Me encanta hablar con ellas de cualquier tema y saber que no me van a mirar raro si pregunto por torturas o cuerpos desmembrados. Organizar este y otros proyectos lleva tiempo, pero recibo a cambio mucho más de lo que entrego.

¿Qué pensaste cuando empezó el #ProyectoHotel?

Al principio ni siquiera pensaba en hacer algo como esto. Creo que hice un comentario en el grupo y alguna de las autoras saltó preguntando si pensaba organizar una historia para Halloween. Lo cierto es que no lo había pensado, pero me gustó la idea. Poco a poco la cosa fue evolucionando. Ellas harían los relatos y yo trataría de hilarlos. Y cuando la historia global se formó en mi cabeza empecé a pensar que no era un grupo de relatos para un blog, sino que podríamos sacar una antología de terror algo diferente.

¿En qué te inspiraste para escribir tu relato? ¿Por qué no escribiste sobre unas tranquilas vacaciones en Torrevieja?

La historia global se basa en dos premisas. Por un lado, la importancia del lector para meterse en la trama y vivirla, tanto figurada como literalmente. Por otro, los personajes que se entremezclan surgieron al pensar en cómo podría montar algún tipo de filosofía totalmente diferente a la humana.

Además, el personaje del Recepcionista y todo lo que lo rodea surgió como consecuencia de su uso en los relatos. Al principio iba a tener muy poco protagonismo pero luego me di cuenta de que era una parte central de la historia.

Si escribiera sobre Torrevieja, probablemente habría mucha sangre.

¿Qué te aporta escribir truculencias?

La libertad de poder quitarle la correa a mi subconsciente. No tengo que ir con cuidado, puedo dejar plasmado en papel mis ideas, mis miedos o mi furia en un día malo. Es casi como ir al psicólogo.

Si te diera un millón de euros, ¿dejarías de escribir esas cosas tan sangrantes? ¿O los usarías para probar las truculencias antes de escribirlas?

Por supuesto, lo usaría para probarlo todo antes. La documentación es la base de la escritura.

¿Qué te gustaría decir a quien vas a sentar en tu mesa de torturas?

Vamos a aprender juntos. Esto es una carrera de fondo, pero me temo que solo uno de los dos llegará a la meta.

¿Y al lector que se acerca a tu relato?

Que se sumerja en la historia con ganas. Y si siente una leve brisa que le levanta el pelo u oye algún crujido, que no se preocupe.


Rede sociales:

Twitter: @shapirowilks

Blog: latapadelbaul.es    

El Último Hotel - Las Truculentas - Inmaculada Martín Lobato

 

Se trata de una composición de seis imágenes en tonos blancos y crudos. De izquierda a derecha empezando desde arriba encontramos el cuadro de «Saturno devorando a su hijo» de Francisco de Goya. La segunda imagen es un pasillo de hotel con la luz tenue y cálida, cada lado del pasillo está dominado por una hilera de puertas. En la tercera imagen aparece una habitación de hotel que tiene la puerta abierta y en la que está entrando una sombra mientras alguien duerme en la cama. En la cuarta imagen muestra la silueta de una familia compuesta por padre, madre, hijo e hija. En la siguiente imagen se aprecia una habitación de hotel en la que hay un carrito de comidas con una campana y varios vasos y platos. La última de las imágenes y que acaba la composición se trata un detalle de «La incredulidad de Santo Tomás» de Caravaggio.

INMACULA MARTÍN LOBATO




¿Cómo empezó tu periplo en Las Truculentas? ¿Fue voluntario o te secuestraron y torturaron?

 Fue voluntario y la verdad es que lo recuerdo con mucho cariño. María (otra de las truculentas) y yo somos amigas y me comentó una mañana que alguien de las antologías en las que había participado buscaba a gente para un «cadáver exquisito» hecho únicamente por mujeres. La idea me encantó y no pude decir que no. Es cierto, que desde el principio fue un reto porque yo vengo de la poesía y, aunque había escrito algún relato y algo de prosa, no era mi género, y mucho menos la truculencia, la sordidez y la erótica en las que estas grandes autoras se mueven, pero en seguida me lo pusieron fácil y me pude adaptar y descubrí también una parte de mí que estaba sin explorar.

 ¿Qué son Las Truculentas para ti? ¿Cuánto hay de Síndrome de Estocolmo en tu respuesta?

 Para mí son las mejores compañeras que he podido tener, amigas y las principales colaboradoras de lo que era mi mayor sueño, publicar un libro, lo digo sin ningún tipo de coacción.

 ¿Qué pensaste cuando empezó el #ProyectoHotel?

 Pues la verdad que me invadió la preocupación, la idea me gustaba mucho, pero soy la persona más asustadiza del mundo y no me gusta el terror, por lo que me tuve que poner como loca a buscar referencias dentro de mí que me sirvieran para armar una historia que diese miedo o que al menos creara el ambiente y que pudiera estar a la altura del resto del equipo. He de confesar que no fue fácil y que me llevó mucho tiempo, pero sin duda mereció la pena.

 Por otro lado, no pensaba que el proyecto fuese a crecer tanto y de hecho yo cuando acabé el relato no sabía que iba a acabar siendo un libro y creo que eso lo hizo más especial aún porque cada día había una nueva sorpresa y cada día se sentía como un inicio.

 ¿En qué te inspiraste para escribir tu relato? ¿Por qué no escribiste sobre unas tranquilas vacaciones en Torrevieja?

 Irónicamente en cosas que me gustan. Lo de Torrevieja podría haber sido una buena idea, pero me decanté por el arte que es lo que más me gusta y el realismo que es lo que más leo. Creo firmemente que lo que más miedo nos da es el día a día, situaciones que todos vivimos o que todos hemos visto y que queramos o no conocemos y formamos parte de ellas. Y si encima lo acompañamos de la plasticidad de imágenes que genera el arte y ciertos cuadros muy conocidos, se consigue una imagen muy sólida desde la que es muy fácil conectar. Yo tenía claro que desde la nada no iba a ser capaz de desarrollar una historia que diese miedo per se, pero en cambio a través de cosas que ya conoces y que hemos visto es más fácil creer que es real y sentir ese miedo por empatía.

 ¿Qué te aporta escribir truculencias?

 Principalmente, conocerme mucho más, retarme y descubrir que hay más géneros y que soy capaz de escribir sobre ellos.

 Si te diera un millón de euros, ¿dejarías de escribir esas cosas tan sangrantes? ¿O los usarías para probar las truculencias antes de escribirlas?

 Si tuviera ese dinero creo que seguiría escribiendo, no sé muy bien el qué, pero probaría más allá de la vida de rica.

 ¿Qué te gustaría decir a quien vas a sentar en tu mesa de torturas?

 Pues que tiene que leer a las truculentas para saber con quien se está metiendo.

 ¿Y al lector que se acerca a tu relato?

 Que ojalá lo disfrute un montón, que se regale un momento leyendo y que ojalá con ello se pueda olvidar de sus problemas y preocupaciones, y que pronto más y mejor, nosotras no paramos. Ah, y que tenga cuidado que quizás él o ella es el o la siguiente.





Redes Sociales:

IG: @ladymarloo 

TW: @ladymarloo 


El Último Hotel - Las Truculentas - Laura Morales Arguijo

 

El ALT te lo pego aquí: Se ven cuatro imágenes con los bordes rotos, como si alguien hubiese arrancado parte de la foto y las hubiese juntado en un collage. En la parte de arriba, a la izquierda, un cuadrado negro con la siguiente frase "Buenas tardes, el hotel Scaltro les da la bienvenida. Espero que la habitación sea de su agrado, la dejé reservada especialmente para ustedes"; a la derecha se ve un pasillo largo y estrecho con muchas puertas a los lados, una alfombra de cuadros y mal iluminado. Debajo, en la parte central, se ve a una pareja muy bien vestida (no se le ven las caras) con una gran equis roja en sus manos cogidas. Debajo, para terminar, sobre un fondo negro se ve un frasco de cristal cuyo contenido brilla.

LAURA MORALES ARGUIJO




¿Cómo empezó tu periplo en Las Truculentas? ¿Fue voluntario o te secuestraron y torturaron?

Puede que el culpable sea el dueño de este blog o culpa mía que nunca sé decir que no. Lo que sí está claro es que no me arrepiento de haber dicho que sí a escribir ese primer cadáver literario que lo inició todo.

¿Qué son Las Truculentas para ti? ¿Cuánto hay de Síndrome de Estocolmo en tu respuesta?
Un soplo de aire fresco, porque siempre están ahí en el día a día y porque escritorilmente son un reto para mí. Son todas unas escritoras con mucho talento y escribir junto a ellas siempre es esforzarme más y retarme para mantener el nivel.

¿Qué pensaste cuando empezó el #ProyectoHotel?
Que necesitaba estar en él sí o sí, porque la idea era muy guay. Y eso que al principio no era ni un tercio de lo que al final ha sido, porque #ProyectoHotel fue un monstruito que creció mucho y muy rápido gracias a que todas Las Truculentas, que son geniales, se implicaron mucho.

¿En qué te inspiraste para escribir tu relato? ¿Por qué no escribiste sobre unas tranquilas vacaciones en Torrevieja?
Quería algo con un principio fácil, que el lector pudiese identificarse con él y que a la vez se preguntase dónde estaba la gracia, hasta el momento que llegase el giro. Tampoco tenía demasiado tiempo para escribir, por lo que tenía que ser algo corto. Resumiendo, un doble reto con el que me devané bastante los sesos hasta que vino la idea.

No fue mi primera idea, tenía otra con fantasmas pero que se parecía demasiado a mi otro relato en un hotel (El precio de Caronte, gratuito en Lektu), y espero haberlo conseguido con este relato.

¿Qué te aporta escribir truculencias?
Salirme de mi zona de confort, aunque este relato no es precisamente el más diferente.

Si te diera un millón de euros, ¿dejarías de escribir esas cosas tan sangrantes? ¿O los usarías para probar las truculencias antes de escribirlas?
Si me dieran un millón de euros habría cosas más sangrantes, más cifi, más thriller y de muchos más estilos porque ojala poder dedicarme solo a escribirlas.
En cuanto a lo de probarlas… mejor probarlas en otros, ¿no?

¿Qué te gustaría decir a quien vas a sentar en tu mesa de torturas?
¿Una frase para la posteridad? Te prometo incluirla en mi próximo libro o relato.

¿Y al lector que se acerca a tu relato?
Que disfrute mucho de la lectura, no solo de mi relato, y que muchas gracias por darle una oportunidad al TrucuHotel.


Redes sociales:

Twitter: @Lau_M_A

Instagram: @lau.mor.ar23



El Último Hotel - Las Truculentas - Sheila Moreno Griñón

 


SHEILA MORENO GRIÑÓN


¿Cómo empezó tu periplo en Las Truculentas? ¿Fue voluntario o te secuestraron y torturaron?

Me secuestra… Digo… Bien. Mario me invitó en un momento en el que estaba muy mal anímicamente y lo cierto es que le debo un montón porque me ha ayudado a seguir escribiendo. Así que le debo mucho.

Lo de las torturas vino después, pero te acostumbras.

¿Qué son Las Truculentas para ti? ¿Cuánto hay de Síndrome de Estocolmo en tu respuesta?

Lo dicho, estar en Las Truculentas fue mantenerme escribiendo. Los retos y poder escribir terror (mi gran pendiente en esta vida literaria es escribir una novela de terror), me vienen superbién.

Todas las trucus son majérrimas.

Hay poco de Síndrome de Estocolmo en mis respuestas, prometido.

¿Qué pensaste cuando empezó el #ProyectoHotel?

Bua, me encantó. Además creo que todo fluyó muy bien y nos compenetramos enseguida, no creí que fuera un proyecto tan divertido de hacer.

¿En qué te inspiraste para escribir tu relato? ¿Por qué no escribiste sobre unas tranquilas vacaciones en Torrevieja?

Podría haber escrito sobre Torrevieja, que tiene sus cosas turbias, de hecho ahora quiero escribir sobre ello xD. 

Hay un concepto en la literatura que me gusta mucho, pero si lo explico será spoiler.

¿Qué te aporta escribir truculencias?

Muchísimo. Me encanta poder pensar en conceptos chungos y sacar lo peor de mí.

Si te diera un millón de euros, ¿dejarías de escribir esas cosas tan sangrantes? ¿O los usarías para probar las truculencias antes de escribirlas?

Seguiría escribiendo, puede que contratara a alguien para que las probara xD.

¿Qué te gustaría decir a quien vas a sentar en tu mesa de torturas?

“¿Si el amor lo puede con todo, por qué no puede con 47 puñaladas?”

¿Y al lector que se acerca a tu relato?

Espero que lo disfrutes ^^.


Redes Sociales:

Twitter: @Marcapaginasolv

El Último Hotel - Las Truculentas - Xandra Bilbao

 




XANDRA BILBAO



¿Cómo empezó tu periplo en Las Truculentas? ¿Fue voluntario o te secuestraron y torturaron?
No recuerdo bien como fue, un día me encontré en una casa con muchas habitaciones y desde entonces cada vez que abro una puerta una nueva historia surge ante mí y no puedo evitar darle forma. 
Fue voluntario, de eso estoy segura. Sobre todo porque no existe el ser que pueda torturarme…

¿Qué son Las Truculentas para ti? ¿Cuánto hay de Síndrome de Estocolmo en tu respuesta?
Las Truculentas para mí son un reto, un grupo con el que crecer, reírme y compartir mi oscuridad interior. Un lugar dónde ser yo misma sin filtros disfrutando de mi lado más sangriento. 
Tal vez haya algo de Síndrome de Estocolmo, pero ¿cómo no tenerlo? Las Truculentas son gente a la que adorar desde el momento uno, no solo porque son gente increíble, sino también grandes autoras. 

¿Qué pensaste cuando empezó el #ProyectoHotel?
¡Qué ida de olla! Tengo que hacer algo chulo y si me dejan la habitación 69, follar y matar que hace mucho que no lo hago. 

¿En qué te inspiraste para escribir tu relato? ¿Por qué no escribiste sobre unas tranquilas vacaciones en Torrevieja?
No sé muy bien como surgen mis historias, normalmente me siento en el ordenador y ellas mismas toman forma. No me inspiro en nada en concreto, surgió en cuanto me vi frente a la puerta de la habitación 69. 
Porque para mí unas vacaciones no deben ser tranquilas, ni en Torrevieja. Ese plan sí que me parece terrorífico. 

¿Qué te aporta escribir truculencias?
Es casi como una terapia, es sacar mis monstruos hacia fuera, es liberar ese lado del que no suelo hablar y dejarles disfrutar de la luz del sol de vez en cuando. 

Si te diera un millón de euros, ¿dejarías de escribir esas cosas tan sangrantes? ¿O los usarías para probar las truculencias antes de escribirlas?
No hay dinero que pueda hacer que deje de matar, digo de escribir truculencias…
El dinero lo usaría para viajar, lo demás lo improviso bastante así que no suelo necesitar fondos. 

¿Qué te gustaría decir a quien vas a sentar en tu mesa de torturas?
No va ser rápido, seguramente no te guste, pero yo voy a disfrutar cada segundo que pase contigo, porque ahora mismo voy a hablar de mí usándote a ti como hoja en blanco para hacerlo. Sé que no lo vas a apreciar, pero te voy a hacer inmortal. 

¿Y al lector que se acerca a tu relato?
Hay experiencias que se viven una vez en la vida, no tengas miedo a experimentar, a mirar por la mirilla de la puerta de la habitación y ver una realidad diferente. Tal vez en algún momento te incomode, pero después de entrar en esta habitación, nada volverá a ser igual. 


Redes Sociales:

Twitter: @BilbaoXandra
Instagram: @xandrabilbaooficial
Facebook: @officialbilbaoxandra

El Último Hotel - Las Truculentas - Gloria Carrasco Pavón

 

El fondo es un hotel rojizo,  preludio de la sangre. Hay dos imágenes, una de una mujer hermosa  entrando en una habitación y otra de un hombre herido y ensangrentado  con una maleta abierta delante.


GLORIA CASRRASCO PAVÓN


¿Cómo empezó tu periplo en Las Truculentas? ¿Fue voluntario o te secuestraron y torturaron?

A mí me secuestraron. Un señor de gafas vino y me preguntó si quería formar parte de esto y acepté.

¿Qué son Las Truculentas para ti? ¿Cuánto hay de Síndrome de Estocolmo en tu respuesta?

Son mujeres fuertes, que no tienen miedo a expresar lo que sienten. Y eso me gusta.

¿Qué pensaste cuando empezó el #ProyectoHotel?

Nada, solo me dejé llevar.

¿En qué te inspiraste para escribir tu relato? ¿Por qué no escribiste sobre unas tranquilas vacaciones en Torrevieja?

Me inspiré en las casualidades. Seguro que en Torrevieja también existen matrimonios como el de la habitación diecisiete.

¿Qué te aporta escribir truculencias?

Me relaja. En la escritura suelto todas las energías negativas y escribo todo lo que me gustaría que pasara en la vida real.

Si te diera un millón de euros, ¿dejarías de escribir esas cosas tan sangrantes? ¿O los usarías para probar las truculencias antes de escribirlas?

Me iría a vivir a una casita frente al mar y escribiría cada día mientras escucho las olas chocando.

¿Qué te gustaría decir a quien vas a sentar en tu mesa de torturas?

Qué el café está muy caro, en el centro.

¿Y al lector que se acerca a tu relato?

No cierres con llave.




Redes Sociales:

Twitter: @pav_gloria
Instagram: gloria_carraspa


El Último Hotel - Las Truculentas - Elisabet P. Montero

Composición de imágenes sobre un fondo claro. Arriba a la izquierda se ve una copa de vino sobre una mesa de madera que está siendo llenada poco a poco por un vino tinto. Se ve parte del cuello de la botella. Debajo y en letras blancas mayúsculas se lee la frase “Hotel «Vin de Sânge»”. Arriba a la derecha se lee un fragmento de la historia: Cuando alcé la mirada hacia el recepcionista, me dio la impresión de que se relamía Abajo a la izquierda se ve un racimo de uvas difuminado, haciendo alusión a que el relato ocurre en un viñedo. Abajo a la derecha se ve una imagen en blanco y negro. Se ve la parte inferior del perfin de una mujer con los labios pintados y que se lleva las manos a la boca, acariciando su labio inferior. La mano se ve completamente manchada.
 


ELISABET P. MONTERO



¿Cómo empezó tu periplo en Las Truculentas? ¿Fue voluntario o te secuestraron y torturaron?

Mario dirá que nos secuestró, que nos hipnotizó o alguna que otra chorrada sobre meterse en nuestra cabeza para convencernos de que nos juntáramos, pero solo hace falta que me den la oportunidad de matar a alguien (no diré si en la vida real o solo en la ficción) para que yo me apunte a realizar truculencias jejeje.

La verdad, no me acuerdo cómo surgió la idea de este proyecto conjunto (se va a buscar la conversación de cuando Mario la invitó a la movida esta), creo que fue por un Cadáver Exquisito que publicamos en marzo por el día de la mujer. Fue muy guay, me reí mucho y me encantó participar con autoras tan geniales. Luego seguimos colaborando juntas y ahora hemos sacado nuestra primera antología. Algo increíble, la verdad jajaja.

¿Qué son Las Truculentas para ti? ¿Cuánto hay de Síndrome de Estocolmo en tu respuesta?

Una gran compañía, un gran apoyo… Son compañeras a las que no conozco en persona, una relación que se ha forjado a través de mensajes, el amor por la escritura e idas de olla muy divertidas. Son un lugar en el que puedo ser yo misma y no me siento juzgada.

¿Síndrome de Estocolmo? Para eso deberían haberme secuestrado y más bien he sido adoptada.

¿Qué pensaste cuando empezó el #ProyectoHotel?

 «¿En serio voy a participar en otra antología?»

2022 ha sido un año un poco caótico. He andado metida en muchas cosas y no sé cómo he sido capaz de llegar a terminar todo y con buenos resultados. Dile a mi yo de 15 años que a los 29 va a publicar tanto como lo he hecho jajajaja 

#ProyectoHotel me ha pillado bastante de improviso, creía que iba a ser un relato más en el blog de Mario, pero al final es una antología que ha salido «de la nada» y me parece fantástico. Ir hablando con Las Truculentas sobre lo que hemos escrito, decidiendo cosas en grupo, animándonos unas a otras… Es muy raro, todavía no me lo creo.

¿En qué te inspiraste para escribir tu relato? ¿Por qué no escribiste sobre unas tranquilas vacaciones en Torrevieja?

En realidad, iba a escribir una historia bastante diferente a la que acabé escribiendo, pero vi que se me iba de las manos, así que a unos tres días de la fecha de entrega, la cambié por completo. 

Respecto a en qué me inspiré, digamos que era una historia que tenía en mente desde hacía meses y que le había prometido a una de Las Truculentas, así que me dije «¿Qué mejor oportunidad que esta para escribirla?».

Define «tranquilas vacaciones en Torrevieja». ¿Tranquilas para quién? Porque anda que no es relajante cortar y desgarrar a alguien a quien tienes atado y amordazado mientras su sangre te mancha las manos y de fondo escuchas sus gritos ahogados por el trapo que tiene en la boca como banda sonora.

¿Qué te aporta escribir truculencias?

La posibilidad de matar sin que me metan a la cárcel y, a veces, sacar algo de dinero con ello. Es como ser una asesina a sueldo, pero la gente se cree que todo es ficción cuando en realidad lo que haces es escribir tus memorias jajaja.

Si te diera un millón de euros, ¿dejarías de escribir esas cosas tan sangrantes? ¿O los usarías para probar las truculencias antes de escribirlas?

No tengo planeado dejar la truculencia, es la chispa de la vida. Si me dieran un millón de euros me compraría una casita con sala de torturas y una biblioteca como la de «La Bella y la Bestia».

Escribir me relaja, y las truculencias me encantan. Cada vez me gustan más las historias tétricas o sanguinarias, jugar con el miedo y la angustia. Es muy divertido.

¿Qué te gustaría decir a quien vas a sentar en tu mesa de torturas?

Respira hondo y relájate. Esto no ha hecho más que empezar.

¿Y al lector que se acerca a tu relato? 

Que tengan cuidado cuando conduzcan con lluvia y lleven siempre un teléfono vía satélite.


Redes sociales:

Twitter: @T_Nekare

Instagram: @lizbethSCw