viernes, 22 de abril de 2022

La entrevista de los viernes: Mario Durán y Fran Márquez (Antología Monería)

 Hoy tenemos con nosotros a Mario y Fran. Podéis leer los hilos de sus relatos aquí:


¿Qué es lo que te motiva para escribir?

Mario:  Básicamente, por necesidad. Doy vueltas a las historias, tramas, personajes en mi cabeza y necesito soltarlo, contar la historia y verla acabada. Sentir con los personajes, viajar con ellos, llorar con ellos, reír con ellos. Tengo muchas ideas y poco tiempo pero me gusta plasmarlas y ver cómo cambia desde el germen hasta que crece y madura.


Fran: Contar las historias que se me ocurren. A menudo veo algo u oigo algo que me inspira una idea —puede ser una frase, una canción una imagen, una noticia, una película…— y de inmediato me pregunto ¿qué pasaría si…? y empiezo a imaginar una historia en base a esa idea. Hay veces que me río y disfruto del resultado, hay veces que se que queda y tiempo después la uso como base para escribir.

Hay ideas que tienen menos fuerza y luego están las ideas que me motivan tanto que tengo que escribir novelas y sagas completas. Es un don y una maldición.




¿Qué se te metió en la cabeza para que te plantearas presentarte a una convocatoria de piñas, monos y otras locuras?

Mario: Estaba en una época de presentarme a varias convocatorias. Al principio no me sedujo mucho, pero veía de vez en cuando la convo en redes. Yo no había escrito nada de estilo tan cómico nunca y me daba un poco de respeto. Pero surgió la idea. Sobre todo, el primer párrafo, con un personaje sarcástico, borde e inocente. Sus pensamientos, sus diálogos, no llevan un filtro de ningún tipo. Básicamente me imaginé que era ese personaje, lanzado a un mundo absurdo, ¿qué haría yo?


Fran: Fue un tweet de Sati. Preguntaba sobre frases que se podían decir en la cena de navidad y en una orgía. En el momento me poseyó el cachondo que llevo en mi interior y le respondí con una cantidad absurda de tweets con frases hilarantes y llenas de dobles sentidos.

Cuando se me pasó la fiebre, Sati me invitó a que participara en el proceso de selección de la antología monería con un relato y acepté el desafío con la esperanza de que mi relato fuera lo bastante bueno como para pasar el corte… y así fue.



¿Hay detalles autobiográficos, quizá un personaje, una risa, una frase, una serie que te gusta, que hayas incluido en tu relato?

Mario: Autobiográfico nada, no suelo ser piña. Pero sí que he dejado plasmado mi sentido del humor absurdo por todas partes. 

Fran: No suelo introducir detalles de mi personalidad ni de quienes me rodean. Me gusta crear a los personajes de mis historias antes de empezar a escribir e intento que tengan su propia vida, gustos y personalidad.

Lo que sí me gusta es añadir detalles frikis en la historia, como el nombre del rey de los monos en la película de Disney de “El libro de la selva” o usar la frase que dice un Klingon en una de las películas de Star Trek (No se ha leído a Shakespeare hasta que se lee en Klingon) y adaptarla a mi historia, haciendo que un grupo de monos superinteligentes interpreten obras del bardo inmortal.



¿Por qué elegiste esa forma concreta de contar tu relato? ¿Qué tiene de especial?

Mario: Me pareció que era la forma ideal. Ver el mundo desde el punto de vista del protagonista, una piña, tiene algo muy especial. Cuando escribo, sobre todo micros, trato de buscar una forma de contar la historia diferente, que no sea la esperada. ¿Qué tiene de original un príncipe cabalgando junto a una princesa hacia el atardecer? Pero, ¿y si es el caballo el que cuenta lo harto que está de que su jinete conquiste y luego deje tiradas a las mujeres?

Por eso era necesario contarlo desde la primera persona. Y contarlo en pasado tiene una justificación inmensa, pero que no se puede ver hasta el final del relato. Me divertí mucho escribiéndolo, incluso cuando pasé dos semanas atascado sin saber cómo seguir. Me faltaba algo, un villano. Los personajes que tenía estaban bien construidos pero no daban el perfil. Y entonces me di cuenta de que el malo no tiene por qué ser solo uno. Y la forma de vencer al malvado del cuento no siempre es de frente. En ocasiones, hay que hacer alguna trampa. 

El final, que redondea el gag más importante del relato, siempre hace que me se me llenen los ojos de lágrimas. Es una feliz tristeza, un final de un camino que abre caminos a otros. 

Fran: Desde que creé el mundo (llámalo mundo, llámalo lore, llámalo diégesis) de mi primera novela, El Hexágono de Saturno, tomé la decisión de usar ese mundo, en el que tanto esfuerzo invertí, como base común en la que todas las historias que vaya a escribir tengan lugar. Al menos esa es mi intención a corto y medio plazo. Puede que algún día me atreva con la fantasía y cree otro universo distinto, pero de momento disfruto mucho explorando todas las posibilidades que me brinda este mundo.

El mundo en el que se desarrolla es muy parecido al nuestro excepto por un par de detalles que lo cambiaron todo: Nikola Tesla y su hermano gemelo Alexander. Entre los dos conquistaron el mundo a base de inventos revolucionarios y políticas para mejorar la vida de los ciudadanos. Se enfrentaron a no pocos obstáculos e incluso a una guerra que apenas duró unos días y que realmente acabó con todas las guerras. A partir de aquel momento la Humanidad sólo conoció el progreso y el bienestar.

Hay historias, como esta, ambientada una generación después de la muerte de los Gemelos Tesla y habrá historias protagonizadas por los Gemelos Tesla… quizá.



Cuéntanos algo sobre los otros escritores de la Antología.

Mario: Me ha encantado conocerlos. A Sati lo seguía en redes pero al resto no los conocía hasta que nos juntamos a hacer chifladuras. Son un grupo genial, muy divertidos y altamente recomendables.

Fran: A algunos ya los conocía por redes sociales desde hace un tiempo, pero Sati es el único al que he conocido en persona hasta ahora.

Eso sí, he de decir que después de todas las interacciones que he tenido con mis compis, y sobre todo desde que nos juntamos en un canal de Telegram, he aprendido cosas nuevas y me he reído un montón. Y he de decir que después de comer, dormir y escribir; aprender cosas nuevas y reírme son de mis actividades favoritas, así que espero que sigamos así durante mucho tiempo y que antes o después nos terminemos desvirtualizando.







¿Dónde podéis encontrarlos? Aquí:

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